Videos de Krishnamurti con subtítulos en español home


BR85T4 - La naturaleza del cerebro que vive con religiosidad
Cuarta charla pública
Brockwood Park, Inglaterra
1 de septiembre de 1985



0:55 El que habla quisiera también hacer un llamamiento, y espero que se lo tomarán en serio. Esto no es un lugar de vacaciones. Hay una piscina, una cancha de tenis pero se está volviendo demasiado popular, demasiado grande. Hay personas que intentan interpretar lo que K. dice cuando él siempre ha estado diciendo, por favor, no interpreten. Así que, por favor, tengan en cuenta que esto lo haremos más ordenado, estricto, y que no se convierta en un lugar más de recreo. A pesar de que se ha advertido varias veces, esa música que hacen eso a lo que llaman música, -¿es 'bong'? tocando tambores, etc., duró hasta las 10:30 la pasada noche. Por favor, sean atentos y prudentes con los demás. Y si uno puede indicarlo, dondequiera que K va es un huésped, en la India, América, o aquí. Así que hay que comportarse como tal: respetando a los demás, teniendo consideración para con ellos y cierto orden y no dejar que ello se vuelva demasiado grande, como está ocurriendo. Vamos a hacer algo al respecto para el año próximo.
3:33 ¿Podemos seguir con otras cosas? Hablábamos de diversos problemas de la vida, de nuestra vida diaria, monótona, algo placentera, llena de temor ansiedad, antagonismo, etc. Estuvimos investigando la cuestión del tiempo-pensamiento. Y ayer -¿Fue ayer por la mañana? ¡Si, caramba! ¡Perdón! Ayer hablamos del cese del sufrimiento, de lo que ello implica, cuál es la naturaleza del sufrimiento, de todo el dolor, la ansiedad, la soledad, la depresión, la incertidumbre... Todo eso está implícito en el sufrimiento. En ciertas partes del mundo se rinde culto al sufrimiento, al dolor. No hemos sido capaces de poner fin al sufrimiento, ni de la propia vida en sus distintas formas, ni al sufrimiento del mundo en general. Todas las guerras terribles que hay; lo que ocurre en el Líbano o en Sudáfrica, y en el mundo comunista, totalitarismo donde se te fuerza a pensar en una determinada línea; guerra preparándose a un lado y otro; por último, la bomba atómica. Y eso es lo que sucede. Se ha masacrado a millones y millones en nombre de dios, la paz, la patria, alguna ideología y demás teorías. Ésta ha sido nuestra suerte; y hemos aguantado todo esto desde hace millones de años. Y nosotros, después de una larga evolución... Hemos sido bárbaros salvajes, y si uno mira lo que está ocurriendo ahora seguimos siendo bárbaros, internamente violentos interesados en nosotros mismos y en nadie más; interesados en nuestros propios placeres, problemas, etc. Al parecer nunca vemos que somos el mundo, y que el mundo somos nosotros. No es ninguna teoría, ni algo sobre lo que reflexionar y llegar a una conclusión ideológicamente, o como idea utópica, sino que es una realidad de la vida cotidiana. Tú eres el mundo y el mundo eres tú. Uno se pregunta cuántos de nosotros percibimos este hecho, realmente, igual que percibimos el dolor físico, el afecto, la ternura o la quietud. Es un hecho obvio que usted sufre y el resto de la humanidad sufre. Es violento y el resto de la humanidad también lo es. Cuando intenta hacer algo para sí mismo y quiere satisfacción, se vuelve violento, como el resto del mundo. Vimos todo esto a lo largo de estas charlas. No sólo en el pasado desde hace 70 años -siento señalar esto- sino también ahora. En realidad no sentimos, no nos damos cuenta con nuestro corazón y cerebro de que somos el resto de la humanidad. Cuando realmente te das cuenta de este hecho, no como teoría o idea, sino el hecho diario real, entonces hay una manera totalmente distinta de vivir. No perteneces a ningún país, a ningún grupo religioso, o autoridad espiritual, ni a los que quieren interpretar lo que dice K. Y cuando en verdad sientes que eres, realmente eres, el resto de la humanidad, nunca matarás a otro, ni querrás, consciente o inconscientemente, ni deliberadamente, herir a otro psicológicamente.
11:05 Por favor, todo esto es muy serio; no es sólo un encuentro dominical, un sermón o una conferencia. Estamos juntos en el mismo barco. Juntos estamos comprendiendo el mundo y a nosotros mismos y nuestra relación con el mundo. No nuestra responsabilidad, sino nuestra relación con el resto de la humanidad. Ustedes pueden estar bien alimentados y vestidos, con casa, piso y un lindo jardín, o vivir en un suburbio, pero hay millones muriendo de hambre; razas y tribus enteras están siendo deliberadamente asesinadas. Y mientras no sintamos todo esto, sino que meramente lo aceptemos como una idea, una conclusión, vamos a crear un mundo monstruoso, cosa que ya estamos haciendo. Y nosotros somos eso que está sucediendo. Esta mañana deberíamos hablar también de otras cosas
13:10 que concierne a nuestra vida. Estuvimos hablando de la compasión, del amor, y de que esta compasión tiene su propia inteligencia; el amor tiene su propia inteligencia. No la inteligencia del pensamiento hábil, del calcular y recordar, sino de cuando hay compasión, que sólo puede llegar, o ser, cuando el sufrimiento ha terminado. Hemos hablado mucho de ello. Por desgracia el que habla ha publicado libros acerca de todo esto. Y no está meramente recordando lo que ha dicho, o lo que quiere decir, sino la realidad de este sentimiento de compasión. Y eso sólo puede acontecer cuando el sufrimiento ha terminado, y cuando uno realmente siente en el propio ser, corazón y mente que es el resto del mundo. No pertenece a ninguna secta, a ningún grupo, a ningún gurú, a ninguna iglesia, mezquita ni templo. Uno escuchará todo esto, o leerá lo que ha dicho K desde hace tanto tiempo, y dice usted: 'Sí, ideas maravillosas. Muy buen razonamiento, lógico. Pero...' Y pueden añadir muchos 'peros'. Seguimos igual, y de ese modo hay más conflicto. Escuchan algo, ustedes lo aprueban o desaprueban, o ven que es verdad y quieren vivir según eso, y así, el conflicto empieza de nuevo.
15:46 Estuvimos investigando mucho el conflicto durante estas charlas aquí. Y dijimos que mientras haya conflicto no puede haber amor entre hombre y mujer, entre personas, naciones, comunidades, enclaves, etc. Nuestro cerebro, que ha evolucionado a lo largo de muchos años, y tiempo, tiene una capacidad extraordinaria. El cerebro de cada uno. Lo hemos usado en el mundo de la tecnología, los ordenadores pero nunca hemos mirado el mundo psicológico, que es mucho más importante, el subjetivo, todo el proceso psicológico que hay internamente. Nunca lo hemos mirado, ni investigado, no de acuerdo a otros, -incluyendo a K- sino que ni hemos rascado la superficie. Y por tanto no nos planteamos cuestiones fundamentales. Ahora estamos hablando juntos; no es que el que habla diga algo y ustedes sólo escuchen, y lo olviden todo cuando dejen la carpa, y lo retomen diez años más tarde. Es su vida, nuestra vida, y si uno quiere tomársela con seriedad, o a la ligera, depende de ustedes.
18:34 También hablamos mucho de la libertad, de estar libres de ansiedad, sufrimiento, dolor, y de los afanes de la vida. Pero también hay otra clase de libertad. Una libertad 'per se', por sí misma, no porque quieran ser libres de algo, que es una libertad muy parcial. Hay una libertad que es completa, total, no parcial. Y esta mañana deberíamos hablar también de la muerte.
19:33 ¿De acuerdo? Hemos hablado de tantas otras cosas. La muerte no es un tema mórbido en una mañana oscura, u oscura noche. Hay gente que ha escrito libros sobre cómo morir felizmente cómo aceptarla con naturalidad, cómo dejar ir el cuerpo... Ya saben, se ha hablado de ello y escrito interminablemente. Y nosotros estamos ahora, ustedes y el que habla, juntos, por favor. Él no habla consigo mismo, ni está dando una conferencia ni habla de algo que usted tenga que comprender y por tanto tener intérpretes que le explicarán lo que dice K. Y eso está también sucediendo en este lugar, lo cual resulta tan absurdo.
21:03 Deberíamos hablar juntos de esta cosa tan importante, tan seria y tan grande que se llama muerte. ¿De acuerdo? ¿Podemos continuar? Por favor, tengan presente que él no les habla a ustedes. Hablamos unos con otros. Él no tiene ninguna autoridad, -y lo digo de veras-. No tiene sentimiento de superioridad alguno, ni va a explicarles todo eso. Pero juntos vamos a investigarlo. Si están dispuestos. Si ustedes no quieren, está bien. También es correcto. Nadie les impone nada, ni les dirige, ni les dice lo que hay que hacer o pensar. ¿De acuerdo?
22:26 ¿Qué es la muerte? Cuando nos hacemos esta pregunta deberíamos también considerar qué es la continuidad. Y también lo que es terminar, algo que llega a su fin. El final, la continuidad, tiempo y muerte, o pensamiento, ¿Correcto? Todo ello está implícito al hacernos esa pregunta: '¿qué es la muerte?' Tiempo, pensamiento, la urgencia y demanda de continuidad, y también al querer continuidad, deberíamos inquirir juntos en qué es terminar. Y ¿existe un comienzo? Todo esto está implícito en esta cuestión de qué es la muerte. No sólo la falta de oxígeno del cerebro, y morir repentinamente, o estirar la pata, o como ustedes quieran llamarlo. Es todo lo que atañe al hombre: cómo vive y cómo muere.
24:18 Así pues, juntos inquirimos en qué es la muerte, y por qué la muerte está asociada con el sufrimiento. ¿Están siguiendo todo esto? El que habla no les guía ni persuade. Me aburre decirles esto. ¿Qué es, pues, la muerte? Tienen que considerarlo de conjunto, no sólo el acto de morir. Han de considerar el nacer, el vivir 50, 40 ó 60, 70, 90 años o todavía un poco más. Han de considerarlo en su totalidad, no sólo qué es la muerte. Es una cuestión un poco tonta el decir qué es la muerte, y luego llorar o sentirse temeroso de ella, o adorarla, como hacen los cristianos. Los hindúes, los antiguos hindúes, se expandieron por todo Asia, igual que hicieron los antiguos griegos por todo el mundo occidental, y tenían sus teorías, incluyendo a Pitágoras y otros, sobre la reencarnación, de lo cual hablaremos dentro de poco.
26:12 Así, hemos de considerar no sólo qué es la continuidad, qué es terminar, qué es el tiempo y el pensamiento involucrado en este proceso. Quiere decir que primero hay que indagar qué es vivir, no qué es morir. ¿Correcto? Estamos juntos en esto. No voy a repetirlo. ¿Qué es vivir? ¿A qué llamamos vivir? Desde que nacemos, y durante el largo período al que llamamos vida, vivir ¿qué ocurre ahí? No sólo en una parte, sino en su extensión. Desde la infancia tenemos problemas. Los niños al ir a la escuela tienen problemas de inmediato: leer, escribir, aprender matemáticas y más tarde química, biología. Todo eso se vuelve un problema. Son educados en problemas. Todo esto son hechos; no es imaginación del que habla. Así, nuestra vida, desde el principio, es un continuo problema, esfuerzo, dolor, ansiedad, incertidumbre, confusión, fe, creencia, dioses, y la repetición perpetua de ritos que se llama religión, el adorar a un símbolo, y la fe, la creencia, el éxito, el fracaso, el sufrimiento y el dolor. Todo eso es nuestro vivir. Es un hecho real, en el que se incluye placer, sexo y demás. Esto es a lo que llamamos vivir. Ir a la oficina desde las 9 a las 5, ó a la fábrica, de 9 a 5, o trabajar en una tienda vendiendo libros, ropa, comida, etc. Esta es nuestra diaria, monótona, supuestamente vida disciplinada. ¿Estaríamos ustedes y yo en desacuerdo sobre eso? ¿O lo vemos como un hecho? No aceptando la descripción, sino que es el hecho real de nuestra vida. ¿De acuerdo, señores? Y nosotros no lo hemos comprendido. No lo hemos examinado para ver si se puede vivir de forma totalmente distinta.
30:19 Pero la muerte está siempre ahí. Hay un proverbio italiano muy bueno, pero no voy a entrar en él. Dice: 'Todos van a morir, ya sé. Quizás yo también.' (Risas) ¿Qué hemos de comprender, entender, investigar y resolver antes,
30:57 la vida, el vivir diario, o el morir? Y además ¿por qué la muerte nos preocupa tantísimo? El que habla iba una vez andando por un camino sombreado, en la India, y escuchó un cántico tras de sí, mientras caminaba hacia el mar. Era un cadáver llevado por dos hombres, y el hijo mayor llevaba el fuego delante de él, delante del cuerpo. Esto era todo. No los aspavientos, coches fúnebres y flores, ya saben. Era una cosa sencilla y verdaderamente hermosa. El hijo lloraba y cantaba en sánscrito caminando hacia el mar, donde iba a ser incinerado. ¡Con el follón que hay en el mundo occidental en torno a la muerte, Rolls Royces, gran cantidad de flores, etc.! Así pues ¿Qué nos interesa a nosotros el vivir o el morir? -Por favor, estamos hablando unos con otros- ¿Qué es para nosotros lo más importante de abordar, meterle el diente, y dedicarle toda nuestra energía?
33:18 Hablando de la energía hay personas que quieren liberar energía, ¿verdad? Por una parte está la acupuntura, y también los distintos intentos de incrementar la energía que tenemos, etc. ¿Qué es la energía? Ha costado energía el venir aquí, mucha energía, montar la tienda, venir en coche en un día lluvioso y ventoso, prepararlo todo para venir. Todo esto ha precisado de mucha energía. Puede que no reparen en eso y digan: 'iré'. Pero la decisión de ir, el venir, conducir, montar la tienda, sentarse aquí y escuchar; todo eso requiere muchísima energía. Y queremos más energía. No sabemos cómo utilizar la que tenemos. ¡Ustedes tienen tanta energía cuando quieren hacer algo! Han estado en la Luna, con toda la energía que ello exige por parte de cada uno. Se precisa energía para hablar, pensar, tener sexo, para todo. La vida es energía, pero a causa de nuestro interés propio, nuestra especialización, aspiraciones de éxito, nuestros miedos, y todo eso, hemos restringido esa energía. La hemos vuelto tan pequeña, tan particular, tan minúscula. ¡Lo siento! Y nuestro cerebro se ha ido reduciendo con la especialización, con la Ustedes ya conocen todo lo demás. Es decir, hay energía. Y cuando nos comprendemos a nosotros mismos, esa energía brota. Entonces usted tiene tremenda pasión; no sólo pasión por algo sino la flor de la pasión, que nunca se marchita. Y eso sólo puede acaecer cuando hay compasión.
36:54 ¿En qué estamos más interesados, pues, en la muerte o en el vivir? El vivir es, como decíamos, una serie, una sucesión de conflictos, esfuerzos, dolor, sufrimiento, y todo lo demás. Esto no es un cuadro pesimista. Ustedes pueden pintarlo más bonito, en colores, más atractivo en su descripción, pero es un hecho. Entonces ¿No deberíamos comprender primero la vida, el vivir, y llegar luego a comprender qué es la muerte? ¿Comprenden? No en la otra dirección. ¿Qué darán ustedes -no económicamente- sino qué darán por descubrir cómo y de qué manera puede uno vivir totalmente diferente? No ir tras otro tipo de charlatanería absurda, la nueva pintura, nueva poesía, nuevos bailes, y todo ese asunto inmaduro e infantil. El que habla no es intolerante, tan sólo ve todo esto que está ocurriendo. Así, al comprender lo que es nuestra vida, la vida real de la existencia sobre esta tierra ¿podemos producir una mutación -no un cambio- sino una total inversión, o lo que sea, de forma que lo que uno ha vivido y vive, acabe del todo, y algo nuevo pueda tener lugar?
39:19 Por tanto hemos de inquirir juntos en qué es la continuidad, en qué es lo que continua en nuestra vida, en nuestro vivir. La memoria, ¿No? Continuidad. Una serie de acontecimientos consecutivos y experiencias... El 'yo', la 'persona', el ego, es un manojo de recuerdos. Puede que esa idea no guste. Uno quiere algo más que meros recuerdos, y el querer algo más, fuera de los recuerdos, es otra formación de memorias ¿No? Uno no está satisfecho con esta memoria, pero quiere alguna otra. Así, esta continuidad a la que llamamos vivir, es una serie de sucesivos incidentes, recuerdos, experiencias. Todo este fardo soy yo, es usted. Y la continuidad es lo conocido. ¡Cuán asustados estamos de que algo acabe con todo esto! Uno ha vivido una larga vida de experiencias, conocimientos, ha viajado por doquier, dios sabrá por qué, pero lo ha hecho, y ustedes hablan, juzgan, valoran. Ya saben: todo eso. Pero nunca inquirimos en qué es la continuidad y qué es terminar. Terminar voluntariamente con algo que usted mantiene celosamente. ¿Comprenden mi pregunta? ¿Nos la estamos haciendo mutuamente? Supongan que uno está muy apegado a una persona, a una conclusión, por muy histórica, dialéctica, marxista, leninista, bla, bla, bla todo eso; uno está apegado a todo eso como una lapa. ¿Puede uno voluntaria y fácilmente soltarlo? Eso es lo que significa la muerte. Tú no discutes con la muerte. No dices: 'Por favor, dame un par de días más para poner todo en orden'. Ella está ahí, ante tu puerta.
42:50 Así pues ¿se puede comprender la continuidad y ponerle fin? ¿Entienden mi pregunta? Para nosotros el apego significa mucho. Es la experiencia común más satisfactoria. Estar apegado a la tierra, a determinadas creencias y dogmas, a ciertos rituales, ciertos hábitos, etc. Uno se siente muy apegado a una casa, a un mueble, a una costumbre. ¿Puede darse cuenta de ello y terminarlo completamente en esa percepción? No pasado mañana, sino ahora, mientras estamos aquí sentados percibir todo esto: las explicaciones, la realidad; no la descripción, sino el hecho de esta demanda constante de continuidad: continuidad sexual, de las posesiones, de la familia, de las propias experiencias profundas. Que todo eso llegue a un final instantáneo. Eso es la muerte. Y así, no esperar a la muerte cuando tengan 60, 80 ó 90 años; sino terminar cada día, vivir con la muerte. No ser... El que habla está diciendo algo tremendamente involucrado en esto. No es simplemente un montón de palabras reunidas. Vivir con algo, una vida que está cada día constantemente terminando cada minuto, de modo que no hay continuidad ni del pasado ni del futuro. Sólo hay este terminar, que es la muerte. Y ¡vivir así! ¡Sigan, señores! No piensen sobre ello, sino vean su verdad. El pensamiento no es... Él puede crear, puede hacer muchas cosas, pero no puede engañar a la muerte. Si uno se percata del inmenso significado de vivir con ese terminar que se llama muerte, en nuestra vida cotidiana, entonces hay una transformación real, una mutación, incluso en las células cerebrales, puesto que ellas arrastran todas nuestras memorias,.. todo el pasado y todo lo demás. ¿Podemos, pues, vivir así? No fingir, ni decir: 'He de esforzarme'. Ustedes no se esfuerzan para morir a menos que se tiren desde un 18º piso diciendo: '¡Hasta aquí hemos llegado!' (Risas)
47:32 También deberíamos juntos hablar de qué es religión; cuál es la naturaleza del cerebro que vive religiosamente. La religión se ha vuelto muy importante en nuestras vidas. Pueden ser ateos y decir: 'Todo eso es absurdo', 'Algún sacerdote estúpido predicando algún desatino'. Pueden rehuir todo eso. No obstante por dentro hay esa inquietud y decir: 'En definitiva ¿qué sentido tiene todo esto?' Este vivir y morir, este dolor, esta ansiedad ¿de qué se trata? ¿Quién lo ha creado? ¿Dios? ¿La naturaleza? ¿La célula primigenia? Etc. La religión no tiene que ver con toda la basura y el circo existente, tanto en Roma como en Inglaterra, o Benarés en la India, o los países budistas. Todo ello está formado por el pensamiento y por lo tanto es limitadísimo. Así pues, hemos de preguntar: ¿Qué es la religión y la creación? ¿Qué es la creación? ¿Hay alguna diferencia entre creación e invención? Hablamos el otro día con un médico excelente, realmente de primera, no de los que ganan dinero, sino un buen médico, con un buen cerebro. Él decía que hay una determinada parte del cerebro que puede ser siempre activada. Yo puedo tergiversarlo. ¡Cuidado! No acepten completamente lo que dice el que habla. Hay una parte del cerebro -él mencionó un nombre técnico que yo desconocía- que cuando uno enferma se vuelve un poco torpe como cuando se envejece, que se vuelve un poco más torpe todavía. Pero parece que esta parte interna del cerebro puede reactivarse, revivir. No lo acepten. Ni se duerman. Estuvimos hablando de ello. No entraré ahora porque es demasiado complejo. ¿Qué es, pues, invención y qué es creación? La religión se interesa en esto. Y ¿puede el cerebro, que está condicionado, formado y moldeado por todo tipo de cosas -la comunidad, lo que leen, lo que oyen, sacerdotes que han propagado ideas, cultos y dioses- todo eso ha condicionado nuestro cerebro. ¿Puede nuestro cerebro, el suyo y..., nuestro cerebro puede ese cerebro alguna vez comprender qué es la creación? ¿O se basa fundamentalmente en el conocimiento, que es experiencia, acumulación, aprendizaje, memorización, etc.? ¿Puede ese cerebro comprender lo inconmensurable? ¿Entienden? ¿Estamos de algún modo juntos en esto?
52:59 Nosotros medimos. ¿Verdad? Medimos, lo cual quiere decir comparar, juzgar, evaluar. Nos comparamos siempre con otra cosa. Comparamos un pintor con otro pintor, un poema con otro, Beethoven con Bach, etc., Mozart, déjenme incluir a Mozart aquí. Así pues ¿no se basa la invención en el conocimiento? Lo estamos tratando juntos. Si no hubiera conocimiento no habría invención. Hemos de tener una base de conocimientos para hallar algo nuevo. ¿Es esto creación? ¿O la creación es algo totalmente fuera del tiempo y del pensamiento? Esto ha sido uno de los problemas, probablemente el mayor problema, del cerebro religioso, de la cualidad religiosa. No usaremos más la palabra meditación. Espero que no les importe. Esta palabra implica también medida, tanto en sánscrito como en los distintos diccionarios reconocidos. Medida. No sólo la medida de una tela y de todo lo material sino también medirnos a nosotros mismos con algo. La medida fue inventada por los griegos, y probablemente antes que ellos. Y sin medida no habría mundo tecnológico. Pero trasladamos el mismo principio a nosotros mismos: estamos siempre midiendo cómo somos hoy, y esperamos que mañana será lo mismo, o deseamos que sea diferente. Está siempre el comparar, juzgar, evaluar. Y la palabra, esa palabra que ha sido tan adulterada por los gurús que han traído diversas formas de meditación, no la discutiremos, porque se ha vuelto una palabra estúpida. Sentarse en determinada postura, respirar de cierta manera concentrarse y demás, hacer un tremendo esfuerzo para alcanzar ¿Qué? ¿Una zanahoria delante del burro? Deberíamos, pues, interesarnos no en cómo volver al cerebro quieto,...
57:05 -eso es bastante fácil- sino estar interesados en la atención total. No atención hacia o acerca de algo, sino la cualidad de la atención, que es diferente de la concentración, enteramente distinta. La concentración es esfuerzo, enfocar una o varias cosas, lo cual se convierte en hábito, como los pilotos aéreos. ¿Es posible estar atento? Y en ello no hay hipocresía, ni presunción. Tú estás atento. Y en la atención hay completo silencio, cuando estás atento. En esa atención no hay fronteras; es atender. No existe el 'yo atiendo'. Sólo hay atención. Por favor, considerémoslo y tengamos consejo juntos sobre esto.
59:05 ¿Qué es, pues, la creación? No la primera célula, ni cómo hemos evolucionado y todo eso. Hemos dicho: 'Dios creó todo esto'. Al contrario, nosotros hemos hecho a Dios a nuestra imagen a partir de lo que somos, hemos hecho a este pobre allá arriba. Le hemos otorgado todas las cualidades de las que carecemos: misericordia, caridad, amor, omnipresencia, inteligencia, y todo eso. ¿Qué es la creación? ¿Puede el cerebro, que es el centro del sistema nervioso de toda nuestra actividad, toda nuestra existencia -por pequeña que sea- puede ese cerebro comprender la inmensidad de la creación? ¿O hay algo más allá del cerebro? Ahora ¡Cuidado, por favor! No acepten nada de lo que dice el que habla. Eso es lo primero que hay que aprender: Nunca aceptar nada de lo supuestamente 'espiritual'. Es puro disparate. No hay autoridad espiritual. La autoridad de un médico, de un científico, es un asunto diferente. El policía tiene autoridad, especialmente en Suiza. (Risas) ¡Tremenda! Fuimos víctimas de ella una vez. ¿Es el cerebro capaz de ver realmente lo que no es medible? Podemos hablar de ello, podemos inventar, decir que existe lo inmensurable -todo ello es un sinfín de palabras- Pero preguntamos algo totalmente diferente: ¿Puede el cerebro, que está compuesto de tiempo, memoria, pensamiento, experiencia, y demás, puede él jamás comprender lo que no tiene límite? ¿Entienden mi pregunta? Es verdaderamente... ¿O existe algo más, que sea la mente y no el cerebro? No inventemos, en cuyo caso estaríamos perdidos. Nos preguntamos mutuamente: ¿Existe algo a lo que llamaremos mente, por ahora,... -podemos cambiar el nombre- ¿Hay una mente que no sea el cerebro? ¿Existe una cosa tal que sólo ella pueda ver lo que es inmenso? Y entonces esa mente pueda comunicarse con el cerebro pero el cerebro no puede comunicarse con ella. ¿Han comprendido? Nos preguntamos mutuamente. El cerebro, como lo conocemos, se ha vuelto muy pequeño a pesar de tener una inmensa capacidad. La computadora es algo extraordinario. Probablemente va a hacerse cargo de nuestras vidas. Probablemente es la nueva industria. La computadora va a formatear nuestras vidas. Ya lo está haciendo, silenciosa y lentamente. No nos damos cuenta. Hemos hablado con muchos de estos expertos informáticos, que las construyen. Ellos nos se preocupan de lo que le va a suceder al cerebro humano. ¿Comprenden mi cuestión? Ellos se interesan en crearlas,... -no crearlas sino fabricarlas. Es mejor palabra- Cuando la computadora controle nuestra vida ¿qué le ocurrirá al cerebro? Ellas son mejores, mucho más rápidas, veloces... En un segundo le mostrarán mil datos. Cuando se hagan cargo de la situación ¿qué le pasará a nuestro cerebro? ¿Se marchitará gradualmente? ¿O se dedicará de lleno a los pasatiempos, al entretenimiento? Por favor, afronten esto ¡por dios! Esto está ocurriendo. Los grandes reportajes deportivos en la TV, son cada vez más extensos. Se pasan 10 minutos hablando de críquet, y 2 minutos sobre lo que ocurre en Sudáfrica. Así, la industria del entretenimiento se está adueñando de la situación. Por favor, afróntenlo. Y el entretenimiento religioso, también. Así que estamos siendo entretenidos todo el tiempo. Y consideramos este encuentro aquí como parte de lo mismo. Yo les aseguro que no lo es. Es terriblemente serio todo esto.
1:06:37 Entonces ¿Puede el cerebro jamás comprender el universo? Pueden decir que Venus es tanto de gas, tanto de metal, etc., etc pero la descripción, la cualidad, el sabor de ello, no es Venus, ni su belleza, ni su extraordinaria quietud. ¿Puede nuestro cerebro para comprender toda esa inmensidad, estar quieto? ¿No estar interminablemente parloteando y parloteando? ¿Puede ese cerebro volverse extraordinariamente simple .y, por tanto, extraordinariamente sutil? Y si ese cerebro es capaz de esa sutileza, de ese inmenso sentimiento de gran simplicidad del tiempo y pensamiento y demás, entonces tal vez esa mente, que no es el cerebro, pueda comunicarse con él, puesto que el cerebro no puede comunicarse con ella, obviamente. Pero nosotros hacemos lo imposible para comunicarnos con ella; todo tipo de trucos -control, sacrificios, votos, haciendo...- ¿No? Y esa cosa nunca puede... Uno nunca puede tocarla. Y la mente religiosa, el cerebro religioso tiene siempre el trasfondo de un gran silencio y soledad.
1:08:55 Hemos terminado. ¿Quieren por favor levantarse, para que yo pueda levantarme también?